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  • Foto del escritorDr. Jorge Abreu Vicente

Avi Loeb, astrofísico de Harvard,afirma: Nos ha visitado una nave extraterrestre. Qué hay de cierto?

Actualizado: 10 feb 2021

Pues efectivamente. Ha llegado el momento. Un catedrático de Harvard afirma que hemos encontrado vida extraterrestre. Y no, no es una de esas declaraciones sacadas de contexto por la prensa, ávida de titulares amarillentos. Esta vez es cierto. Avi Loeb afirma categóricamente que hemos encontrado vida extraterrestre. Pero… qué es lo que en realidad hemos encontrado?


Empecemos por hablar de Avi Loeb. Catedrático de Astrofísica en la Universidad de Harvard y miembro del consejo de asesores a la Presidencia de los Estados Unidos en Ciencia y Tecnología, dentro de otros muchos importantes cargos. A sus espaldas, más de 700 artículos científicos en diversas áreas de la Astronomía. ¿Qué hace que un físico de su calibre entre en hipótesis alienígenas? ¿Hay fundamento científico en sus conclusiones? Veamos qué dice en su libro.


En Octubre de 2017 se anunciaba el descubrimiento de lo que se acabaría por llamar 1I/2017 o, cómo más comúnmente se le conoce, Oumuamua (del Hawaiano, explorador). Los datos no dejaban lugar a confusión: Oumuamua era el primer visitante interestelar conocido de la historia. Un objeto que se había generado en otro sistema solar y que llegaba al nuestro desde la dirección de la estrella Vega (Casualmente, la estrella de la que provienen las señales extraterrestres de la novela de Carl Sagan y película Contacto). En la imagen bajo este párrrafo se puede ver la detección de Oumuamua como un pálido punto en el centro de la imagen (círculo azul).



Se supo que Oumuamua venía de otra estrella porque se movía a una velocidad más alta que ningún objeto que orbite al Sol. Por ello, la gravedad solar no puede atrapar a Oumuamua y éste, tras su visita, será desviado de su rumbo actual y expulsado en dirección a la constelación de Pegaso.


Aunque sólo estuvo un tiempo de visita, algunos telescopios tuvieron tiempo suficiente para hacer seguimiento de Oumuamua y poder obtener más datos sobre él. Estos datos atrajeron descubrimientos más que interesantes sobre la naturaleza de nuestro primer visitante interestelar.


La luz reflejada por Oumuamua mostraba una variación cíclica cada ocho horas. Unido al hecho de que los objetos no estelares reflejan la luz recibida de estrellas y que todos los cuerpos, sin excepción, rotan en el espacio, este hallazgo dejaba algo claro. Oumuamua no es una esfera. Y no sólo eso sino que tendría unas medidas de unos 100 metros de largo por 20 de ancho. Estas dimensiones (relación aspecto de entre 5 y 10) llevan a Oumuamua a una liga propia. Lo normal en asteroides o cometas o en general cuerpos rocosos son aspectos menores que tres. Esto se debe a que la gravedad es una fuerza de simetría esférica. Los objetos que encontramos en el espacio se suelen parecer a esferas, mientras que Oumuamua, por las observaciones debería de tener forma de disco o de cigarro.



Otra anomalía de Oumuamua es que no podía ser un cometa, pues no tenía la cola característica de los mismos, ni un asteroide. Ambos casos parecen improbables, aunque diversas hipótesis planteadas dan una serie de razones según las cuales Oumuammua podría ser un raro espécimen perteneciente a cualquiera de las dos clases.


Pero la mayor anomalía, en palabras de Loeb, es la siguiente: basándose en las observaciones del objeto “la trayectoria de Oumuamua revela aceleraciones no gravitatorias”. En otras palabras, al pasar por el Sol, algo hizo a Oumuamua acelerar. Y no fue la fuerza atractora del Sol, sino algo más. De nada sirvieron las explicaciones de científicos que mencionaron la extrema rotación de Ouuamua o posibles emisiones de gas y vaporizaciones cómo las fuentes del movimiento acelerado. Explicaciones bastante convincentes puesto que estos procesos se observan en cometas de nuestro sistema solar.


Avi Loeb tenía su propia hipótesis. Oumuamua es una nave extraterrestre, generada y construida por una civilización de inteligencia avanzada. El doctor Loeb incluso se atreve a comentar que Oumuamua es una nave impulsada por velas solares. Un tipo de tecnología descubierta, aunque en fases iniciales de desarrollo, por la humanidad. Las velas solares son inmensas velas que usan las emisiones solares para ganar velocidad de la misma forma que un velero usa la fuerza del viento como combustible.

Oumuamua vela solar
Concepto gráfico que muestra a Oumuamua como si fuera una vela solar, siguiendo la hipótesis de Avi Loeb.

La hipótesis de Loeb, con números en mano, es completamente válida. Explica a la perfección la aceleración no gravitatoria sufrida por Oumuamua. Sin embargo, deberíamos de darle más valor a ella que a las hipótesis que abogan por Oumuamua perteneciendo a una clase especial de cometas o asteroides?


Para Loeb la respuesta está clara. Oumuamua es artificial. Según él, los objetos naturales como Oumuamua son tan improbables que la posibilidad de que nos hayamos cruzado con uno de ellos por azar en la inmensidad del espacio es mínima. Además, es muy improbable que hayamos encontrado este objeto tan extraño viajando desde otro sistema solar y nunca hayamos visto objetos alargados en el nuestro propio.


A lo que yo digo… No es igualmente improbable que en la inmensidad del espacio nos hayamos encontrado con un objeto artificial por mera casualidad? O es que existen miles de millones de civilizaciones ahí fuera y por lo tanto es completamente normal encontrarse con estos objetos? Y si así fuera, ¿dónde han estado estos objetos escondidos todo este tiempo?


Parece demasiada casualidad que justo un año después de que Abi Loeb se viera involucrado en un proyecto de velas solares, un visitante interestelar que es una vela solar aparece en nuestro planeta y solo el doctor Loeb puede verlo. En mi opinión, estamos ante un claro sesgo de confirmación llevado a cabo por alguien que se supone es de los más influyentes e importantes científicos en la actualidad.


En más de una ocasión Loeb usa argumentos para desechar las hipótesis naturales de la creación de Oumuamua. Argumentos aplicables completamente a su propia hipótesis, pero que él pasa por alto en ese caso.


No quiero dar la impresión de desechar las ideas de Loeb por el mero hecho de tratarse de vida extraterrestre. Personalmente, me parece una formulación de hipótesis muy interesante y desearía que Oumuamua hubiera pasado más tiempo con nosotros para que más observaciones pudieran finalmente revelar el secreto guardado por este explorador interestelar. Desafortunadamente, esto no pasará. Oumuamua se ha ido en dirección a la constelación de Pegaso para no volver, por lo que las hipótesis no podrán ser corroboradas. La hipótesis de Loeb es totalmente científica. Basada en números, datos y hechos. Por tanto, el debate sobre si Oumuamua era artificial o natural debe quedar abierto en ausencia de evidencias más determinantes.



Conclusión


La clase científica necesita ser abierta de miras. Éste es un mensaje clave en el libro de Loeb. De hecho, en el capítulo llamado conclusión no se hace la más mínima referencia a Oumuamua, lo cual habla muy claro sobre las intenciones del libro. Lo cual me reafirma en mi creencia de que su afirmación categórica sobre el origen de Oumuamua no es más que una maniobra de marketing para vender el libro.


Loeb centra su conclusión, de nuevo, en su tirón de orejas a los astrónomos más conservadores. A los científicos con la mente cerrada a nuevas y revolucionarias ideas. Y he de mostrar mi total acuerdo con esta idea.


Sin embargo, hay una frase que me gustaría comentar especialmente:

“Si respondiendo a las exigencias de los medios logro atraer a la ciencia a un solo nino del mundo, me daré por satisfecho.”

Loable objetivo sin duda pero, a costa de qué? Ningún científico ha atraído más ninos a la ciencia que Carl Sagan. Y en el primer capítulo de su serie de televisión Cosmos, Sagan decía: viajaremos en la imaginación porque es necesaria para la ciencia. Nos adentraremos en la especulación y lo dejaremos claro. La imaginación llevada por datos es ciencia. Lo que no esté corroborado es pura especulación. Y en mi opinión, afirmar categoricamente que Omuamua es artificial no es más que llevar una especulación al campo de la verdad.


Quiero decir que Loeb es un farsante? Ni mucho menos. El modelo de la vela solar está justificado en los datos observados. De hecho, los datos de aceleración de Oumuamua cerca al Sol le dan razón al modelo matemático y no hay evidencias en contra, por lo que es una hipótesis tan válida como cualquier otra.

Por desgracia, Oumuamua se ha ido para no volver, y ya nunca sabremos la respuesta a la pregunta. Por ello, mi forma de ver el asunto sería la de dar todas las interpretaciones de los datos, todas las hipótesis, con sus pros y contras y que sea el lector quien juzgue ante qué estamos.


En resumen, en el libro se dice muy poco sobre Oumuamua. Se pasan las pruebas contrarias a la hipótesis Loeb muy por encima y con un evidente sesgo de confirmación favoreciendo la suya propia. Además, Loeb aplica argumentos a otras teorías que se olvida de aplicar a las suyas propias. Y esto, por más que me duela admitirlo, es un proceso muy utilizado por las pseudociencias, que usan evidencias científicas según les da la gana (sólo las que les favorecen, desprestigiando las demás de inicio) para vender sus ideas.


Podremos saber la respuesta algun día? Pues lo más probable es que no. Personalmente me parece muy irresponsable la posición tomada por Loeb en este asunto, si bien concuerdo 100% con él en el tema de que la ciencia debe estar abierta a discutir todo tipo de hipótesis viables. Especialmente si están avaladas por los datos como lo es la hipótesis de Oumuamua ser un objeto artificial.


Por lo que respecta al libro, creo que ha sido un movimiento publicitario perfecto de Avi Loeb para hacer de su libro un superventas. Un libro que por otro lado, no consigue tampoco calmar al ávido buscador de divulgación científica, pues pasa la ciencia muy por encima. Es un libro más en tono autobiografía y crítica a un sistema dominado por científicos conservadores. Esto último es un debate que debe ser abierto, pues Loeb tiene muchísima razón, pero eso se discutirá en otra ocasión.


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